Según un estudio publicado en la revista Proceedings de la National Academy of Sciences, la demanda mundial de alimentos podría duplicarse de aquí al año 2050.
Este incremento de la demanda de alimentos aumentará significativamente los niveles tanto de dióxido de carbono como de nitrógeno en el medio ambiente y podría llevar a la extinción de numerosas especies.
Buenas prácticas agrícolas
Un grupo de investigadores de la University of Minnesota dijo que estos problemas pueden evitarse no sólo si las tecnologías de alto rendimiento de los países ricos se adaptan para ser utilizadas en los más pobres, sino también si se hace un uso más eficiente de los fertilizantes de nitrógeno.
Según el estudio, las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura podrían duplicarse hacia 2050 si continúan las tendencias actuales en la producción mundial de alimentos.
Un cambio en el modelo de producción
Una parte importante de estas emisiones procede del devaste de tierras, que es una amenaza para ciertas especies con la extinción.
El crecimiento de la población mundial traerá como consecuencia un aumento de la producción de alimentos, que puede tener efectos ambientales nefastos.
Los investigadores sugieren que la adopción de una agricultura intensiva que haga un uso eficiente del nitrógeno puede producir un impacto ambiental mucho menor que la agricultura extensiva que hoy en día se practica en muchos países pobres.
La intensificación estratégica de la agricultura en los países menos desarrollados reducirá el daño ambiental provocado a nivel global por la producción de alimentos.
En junio de 2011 los ministros de agricultura de los países del G-20 acordaron un plan de acción destinado a estabilizar los precios de los alimentos y a establecer un sistema de intercambio de información internacional para garantizar la transparencia en los mercados agrícolas.
Los precios de los alimentos a nivel global alcanzaron un récord en diciembre de 2010, superando los niveles de 2008.
La Food and Agriculture Organization (FAO) estima que la producción de alimentos tendrá que aumentar por lo menos un 70% de aquí a 2050, cuando la población mundial alcanzará los 9.100 millones de personas.
Una parte importante de estas emisiones procede del devaste de tierras, que es una amenaza para ciertas especies con la extinción.
El crecimiento de la población mundial traerá como consecuencia un aumento de la producción de alimentos, que puede tener efectos ambientales nefastos.
Los investigadores sugieren que la adopción de una agricultura intensiva que haga un uso eficiente del nitrógeno puede producir un impacto ambiental mucho menor que la agricultura extensiva que hoy en día se practica en muchos países pobres.
La intensificación estratégica de la agricultura en los países menos desarrollados reducirá el daño ambiental provocado a nivel global por la producción de alimentos.
En junio de 2011 los ministros de agricultura de los países del G-20 acordaron un plan de acción destinado a estabilizar los precios de los alimentos y a establecer un sistema de intercambio de información internacional para garantizar la transparencia en los mercados agrícolas.
Los precios de los alimentos a nivel global alcanzaron un récord en diciembre de 2010, superando los niveles de 2008.
La Food and Agriculture Organization (FAO) estima que la producción de alimentos tendrá que aumentar por lo menos un 70% de aquí a 2050, cuando la población mundial alcanzará los 9.100 millones de personas.
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