Un acto de conciencia, una acción democrática.
Con una simple toma de conciencia, cada uno de nosotros podemos comprender que estas transacciones sin ninguna inversión y sin valor añadido, son cuerpos extranjeros en la economía, los cuales generan problemas de funcionamiento gravemente peligrosos cuando tocan la alimentación de las poblaciones.
No es necesario hacer polémica o buscar “pruebas”, en cifras ilusorias e manipuladas. Se trata solo de hacer acto de conciencia, afirmando nuestra condena de esta especulación y exigiendo a las instituciones que transcriban en términos legislativos este acto de bandolerismo sobre la economía real, la mas elemental: la seguridad alimentaria.
Esta acción democrática concierne a todo el mundo, sea la que sea su política, su nivel social, su creencia, su generación, su cultura.
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