La GMA (Asociación de Fabricantes de Alimentos de Estados Unidos) está formada por los productores de alimentos más importantes del país, Kellogg’s, PepsiCo, General Mills, productores de todo tipo de cereales… a ella también pertenecen compañías biotecnológicas como Monsanto, no es extraño por tanto, que se hable de guerra abierta contra el etiquetado para identificar alimentos transgénicos. Parece ser que la GMA ya ha gastado miles de dólares en campañas que se oponen a la Proposición 37, este dinero ha sido donado por varias de las empresas que pertenecen a la asociación. En estas campañas pretenden hacer creer a los consumidores que se trata de una medida fraudulenta, muestran plena convicción de ello y airean que están firmemente unidos contra lo que consideran una política alimentaria incoherente e injusta que no debe aplicarse ni a nivel estatal ni nacional.
Claro, que sus antecedentes dicen mucho, ya en el año 2005 formaron coalición contra cualquier intento de restringir la publicidad del fast food orientada a los niños, la denominada Alianza para la Publicidad de América era un esfuerzo para evitar la regulación del Gobierno del país o de cualquier otro tipo de intervención en este campo. Se amparaban bajo el derecho de poder anunciar libremente los productos que comercializaban (asociados por los críticos al alto índice de sobrepeso y obesidad infantil), buscando la defensa de las grandes corporaciones. Esta alianza negaba los problemas de salud planteados, indicando que no existía relación entre la publicidad orientada a los niños y la obesidad infantil. Propusieron como alternativa a la regulación del Gobierno, la autorregulación voluntaria, pero como sabemos, este tipo de acciones voluntarias no son todo lo efectivas que debieran.